Latinoamérica es la región emergente más endeudada del mundo

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Latinoamérica es la región emergente más endeudada del mundo.

Las cifras de esta institución indican que la deuda bruta de los gobiernos latinoamericanos promedia el 77,7% del Producto Interno Bruto (PIB) regional.

De igual manera, apunta que el servicio total de la deuda, incluyendo los intereses, equivale al 59% de las exportaciones de bienes y servicios de la región. Y mucha de esta deuda ha sido colacada a través de bonos en los mercados internacionales y está en manos de los principales compradores de Wall Street.

Según un reportaje de la BBC de comienzos de año, América Latina se había vuelto muy atractiva para los grandes fondos de inversión por los altos intereses que ofrecía con respecto al resto del mundo.

Aunque el riesgo fuera mayor, a los inversionistas les parecía mejor negocio comprar deuda en América Latina que la deuda de Estados Unidos.

En 2021 se generó una especie de «fiebre de deuda», en gran parte por los paquetes fiscales de estímulo implementados por los países de la región para contrarrestar el impacto económico de la pandemia. También porque las tasas de interés en las economías más ricas están en sus niveles más bajos de la historia (3).

Estas condiciones hicieron que los capitales apuntaran hacia la compra de deuda latinoamericana, algo que a las primeras de cambio pudo ser un alivio para la región en medio de la crisis pero que a mediano y largo plazo puede no ser tan positivo.

A partir de 2020 la deuda alcanzó niveles sin precedentes por la necesidad de estimular las economías, pero llega el momento de empezar a pagar y justamente ahora la Reserva Federal de los Estados Unidos amenaza con subir sus tasas de interés el año que viene para frenar la inflación, lo cual repercutirá en los pagos de la deuda de América Latina.

Y es que la subida de intereses por parte de la Fed pudiera disparar las tasas de las deudas regionales, así como la salida de capitales extranjeros de sus países y afectar los tipos de cambio de las monedas nacionales de las naciones deudoras.

De tal manera que la inyección de dinero fresco en los últimos años por concepto de deuda en los países latinoamericanos podría convertirse en una carga muy pesada para los gobiernos de la región que lograron vender deuda en los mercados financieros y en Wall Street.