Malware de minería desplaza al ransomware como primera amenaza a la seguridad

La Asociación de Auditoría y Control de Sistemas (ISACA) acaba de realizar un informe que revela que la época del ransomware ha terminado. Claro, no porque este tipo de ataque haya desaparecido ni mucho menos. Sigue muy vigente y peligroso. El problema real acá es que últimamente se ha dado un creciente índice de ciberataques con malwares para minar criptomonedas, lo cual los coloca ahora como la primera gran amenaza.

El estudio indica que de los 2.366 líderes de corporaciones de seguridad que participaron de las encuestas, por lo menos la mitad confirmó un alza en los ciberataques, sobre todo a finales de 2017 y todo lo que va de 2018. En total, un 80% de los participantes advirtieron el riesgo que corre el mercado actual, particularmente el asociado con criptomonedas.

“Los datos muestran que los ataques de ransomware pueden haber sido desplazados por los de minería de criptomonedas, que cada vez son más frecuentes”, dijo un vocero de ISACA, añadiendo: “El malware para minería de criptomonedas puede funcionar sin acceso directo al sistema de archivos, haciéndolos más difíciles de detectar, y a medida que aumentan los precios de las criptomonedas, la economía del malware de minería se vuelve mejor para el atacante”.

También indicó que cuatro de cada diez compañías de seguridad carecen de suficientes estrategias de defensa activa contra malwares y ransomwares. Lo que es más, tan sólo el 50% aclamó estar familiarizado con métodos de defensa activa.

“La investigación de ISACA indica que las estrategias de defensa activa son una de las contramedidas más efectivas para los ciberataques. Un 87 por ciento de quienes los usan indican que tuvieron éxito”, comentó Frank Downs, director de la asociación.

Otro informe de resultados similares fue revelado hace un mes por la empresa de seguridad Fortinet, indicando que los ataques con malware y ransomware se han vuelto más sofisticados, tanto en agilidad como en velocidad y escala. Los hackers también han estado mejorando su propia protección para lograr que sus ataques sean aún más difíciles de detectar y prevenir.