DAT.- Hacer una inversión en bienes raíces implica conocer las garantías que ofrece esta actividad, y, en ese sentido, la figura de la fiducia inmobiliaria se alza como una herramienta que vela por el buen manejo del capital vinculado a los proyectos y que muchos inversionistas principiantes no conocen. ¿Qué es, cuál es su objeto, por qué se usa, cómo funciona y por qué es una garantía para los inversionistas?…
Explica Camilo Ibrahim que lo primero que tenemos por contarte es que fiducia significa confianza. Esa es la definición que le da la Real Academia Española (RAE). Por tanto, cuando veas o escuches esta palabra en algún proyecto, puedes asociarla con seguridad. Ahora bien, la fiducia inmobiliaria es un contrato mediante el cual una persona, llamada fideicomitente, transfiere bienes o activos afectos a un proyecto inmobiliario a un tercero, la sociedad fiduciaria, para que los administre y gestione de acuerdo con las instrucciones que se estipulan por el fideicomitente.
Para entender cómo funciona una fiducia inmobiliaria, es importante conocer las tres partes que la componen:
- Fideicomitente o constituyente: quien aporta los bienes o activos inmobiliarios que serán objeto de la fiducia y determina su finalidad.
- Fiduciario: un tercero designado por el fideicomitente para administrar y gestionar la construcción del proyecto o los activos inmobiliarios.
- Beneficiarios: personas o entidades designadas por el fideicomitente para recibir los beneficios derivados de la administración de los bienes. El fiduciario (o sociedad fiduciaria) debe actuar con diligencia y lealtad en el cumplimiento de sus funciones. Así como proteger los intereses tanto del fideicomitente como de los beneficiarios de la fiducia.
Esto significa que la fiduciaria actúa como garante del cumplimiento de los compromisos consignados en el contrato relacionados con el proceso de construcción y desarrollo del proyecto inmobiliario.
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Pero entonces, ¿cuál es su objetivo en el negocio de bienes raíces? Pues la administración de los recursos y bienes asociados al desarrollo de un proyecto inmobiliario, ofreciendo transparencia al desarrollo y ejecución del proyecto. Esto genera confianza en todos los actores del mercado: los inversionistas, desarrolladores, constructores, proveedores, entidades financieras y, por supuesto, a los compradores de vivienda.
Ventajas
- Protección de los bienes: Los bienes aportados por el fideicomitente pasan a formar parte de un patrimonio autónomo administrado por el fiduciario. Esto los protege de posibles embargos o acreedores del fideicomitente.
- Administración especializada: El fiduciario es una entidad especializada en la administración de patrimonios autónomos. Lo que garantiza una gestión eficiente y transparente de los recursos del proyecto inmobiliario.
- Flexibilidad en la estructuración del proyecto: Da una gran flexibilidad en la estructuración del proyecto. Esto facilita la adaptación a las necesidades y requerimientos específicos de cada proyecto inmobiliario.
(Con información de Camilo Ibrahim)
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