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bl0ckch41nnews:El oro ha vuelto y tiene un mensaje para nosotros

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Visto en: http://rsocial.expansionpro.orbyt.es/

Es fácil burlarse de los amantes del oro, pero es probable que por fin haya llegado su momento. El precio del metal precioso se ha disparado ante una inflación superior a lo previsto en EEUU y la incertidumbre sobre la geopolítica, las elecciones presidenciales de noviembre, la política monetaria y los mercados.

Se sabe que todos estos factores influyen en la subida del precio del oro. Pero hay mensajes más profundos y a más largo plazo en esta subida a los que los inversores deberían prestar mucha atención.

Empecemos por la inflación. Con independencia de lo que pase en los próximos trimestres, hace tiempo que pienso que nos espera un periodo de inflación “más alta durante más tiempo”. Aparte de la posibilidad de que se produzca un milagro de productividad impulsado por la tecnología, es difícil pensar en una macrotendencia en este momento que no sea inflacionista. La economía está en plena ebullición: desde el estímulo fiscal en EEUU hasta el aumento de los despidos en la cadena de suministro, pasando por la inversión necesaria para la transición hacia energías limpias y la reindustrialización en los países ricos. Incluso es probable que la generación del Babyboom en EEUU genere más inflación, ya que tiene salud, tiempo y mucho dinero para gastar.

El oro siempre ha sido una cobertura contra la inflación. Pero también atrae a los inversores cuando creen que la estabilidad está en juego. Su valor se dispara cuando el mundo se encuentra en un punto de inflexión importante, como ahora.

Las tensiones comerciales entre Occidente y China van en aumento. Mientras tanto, la militarización del dólar tras la guerra en Ucrania ha acelerado los movimientos en muchos países, sobre todo en China, para vender bonos del Tesoro y comprar oro como protección contra el poder financiero de EEUU. Es de prever que la escalada de tensión en Oriente Medio alimente el boom del oro.

Esta situación hace que muchos analistas pronostiquen una subida masiva del oro. Philippe Gijsels, analista de BNP Paribas Fortis, y el economista jefe, Koen De Leus, –autores de La nueva economía mundial en 5 tendencias– prevén que el oro subirá desde de unos 2.374 dólares la onza actuales hasta los 4.000 dólares en “un futuro no muy lejano”. En palabras de Gijsels, “no se trata sólo de los tipos. La gente se está protegiendo frente a un mundo nuevo”.

La semana pasada leí un tuit del economista Brad Setser en el que señalaba que las tenencias chinas de activos financieros de EEUU en porcentaje de su PIB han vuelto a ser las mismas que cuando el país se incorporó a la OMC en 2001. Por supuesto, no todo ese dinero se ha invertido en oro (gran parte se ha retirado de las reservas de divisas y se ha invertido en los asediados bancos chinos). Pero refleja ese mundo cambiante.

Donald Trump ha propuesto un arancel general del 10% a las importaciones si es elegido para un segundo mandato. También ha denunciado la forma en que un dólar fuerte penaliza a los fabricantes estadounidenses en el extranjero. Pero el reciente viaje a Pekín de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, para protestar contra el dumping chino subraya el hecho de que a la administración Biden también le preocupan la industria y los trabajadores de EEUU. No me sorprendería ver cierta depreciación del dólar independientemente de quién gane la Casa Blanca. Eso también beneficiaría al oro, que tiende a subir cuando el dólar se debilita.

El último motivo para apostar por el oro es la situación de la deuda y el déficit de EEUU, que se está volviendo insostenible. Las proyecciones recientes sitúan la deuda de EEUU en el 99% del PIB a finales de este año, y van camino de alcanzar el 172% en 2054. Si esto ocurre, el resultado sería la monetización, la inflación, la represión financiera y un periodo de caos extremo en la política monetaria y los mercados. Malo para el mundo; bueno para el oro.

¿Hay alguna esperanza de un desenlace diferente? Se podría imaginar que la inflación se comiera parte de la deuda. Pero unos tipos más altos durante más tiempo crearían una situación fiscal aún más insostenible, ya que los precios de los activos y, por tanto, los ingresos fiscales, probablemente caerían.

Luke Gromen, autor del boletín de inversión The Forest for the Trees, cree que, dado que lo único que puede recortarse del presupuesto estadounidense el pago de intereses (los recortes de las prestaciones sociales y del gasto en defensa no son políticamente viables), la Fed se verá obligada a cambiar de dirección y bajar los tipos para que EEUU pueda evitar una espiral catastrófica de la deuda.

Sin duda, más dinero fácil sería bueno para el oro. En este extraño momento de cambios de paradigma económico y político, parece que la mayoría de las cosas lo son.

 

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